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Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE)

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Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE)

16 julio, 2024

La Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) es un trastorno digestivo común que afecta a muchas personas en algún momento de su vida. Esta condición ocurre cuando el ácido del estómago y, en ocasiones, otros contenidos gástricos suben hacia el esófago, causando una sensación de ardor en el pecho o la garganta, conocida como acidez o pirosis. En los casos crónicos, este reflujo ácido puede dañar la pared del esófago, llevando a complicaciones que requieren un cuidado especializado.

¿Qué causa la ERGE?

La ERGE se produce cuando el esfínter esofágico inferior (EEI) —una válvula muscular que conecta el esófago con el estómago— no se cierra correctamente. Este mal funcionamiento permite que el ácido y otros contenidos gástricos fluyan hacia el esófago, irritando sus paredes y desencadenando los síntomas del reflujo. Diversos factores pueden influir en la aparición de esta condición:

  • Sobrepeso: el exceso de peso ejerce presión sobre el estómago, lo que puede favorecer el reflujo.
  • Hernia de hiato: una condición en la que una porción del estómago se desplaza hacia el área torácica, dificultando el cierre adecuado del EEI.
  • Alimentación: consumir alimentos grasos, fritos, picantes, con cafeína, chocolate o bebidas carbonatadas puede incrementar el riesgo de reflujo.
  • Estilo de vida: fumar y el consumo de alcohol pueden debilitar el esfínter esofágico inferior, agravando los síntomas.

 

Síntomas más comunes

Los síntomas principales de la ERGE incluyen el ardor en el pecho (pirosis) y la regurgitación ácida. Sin embargo, también pueden presentarse otros síntomas como:

  • Dolor en el pecho que en algunos casos puede confundirse con problemas cardíacos.
  • Tos crónica o sensación de irritación en la garganta.
  • Dificultad para tragar, conocida como disfagia.
  • Sabor amargo o agrio en la boca, especialmente cuando la persona se acuesta.

 

Consejos nutricionales para manejar la ERGE

La alimentación es clave en el manejo de los síntomas de la ERGE. La evidencia sugiere que algunas recomendaciones específicas pueden reducir la frecuencia y gravedad del reflujo:

  1. Optar por comidas pequeñas y frecuentes: evitar las comidas copiosas puede reducir la presión en el estómago.
  2. Identificar y evitar alimentos desencadenantes: los alimentos como el ajo, la cebolla, la menta, el tomate, el café, el chocolate, bebidas gasificadas, frituras, condimentos picantes y las comidas ácidas pueden agravar los síntomas en algunas personas.
  3. Aumentar el consumo de fibra: una dieta rica en fibra no solo mejora la digestión, sino que también puede ayudar a reducir el reflujo.
  4. Mantenerse hidratado: el agua ayuda a diluir el ácido gástrico y puede reducir la acidez.

 

Modificaciones en el estilo de vida

Además de los cambios en la dieta, algunas modificaciones en el estilo de vida pueden tener un impacto positivo en el manejo de la ERGE:

  • Elevar la cabecera de la cama: Dormir con la parte superior del cuerpo inclinada ayuda a mantener los ácidos en el estómago.
  • Dormir sobre el lado izquierdo: Esta posición ha mostrado ser más beneficiosa para reducir el reflujo, ya que facilita la retención del contenido gástrico en el estómago.
  • Esperar al menos dos horas después de comer para acostarse: Permite que la comida pase del estómago al intestino, reduciendo las posibilidades de reflujo.
  • Reducir el estrés: El estrés puede aumentar la producción de ácido gástrico y desencadenar síntomas de reflujo, por lo que técnicas de relajación pueden ser útiles.

 

Cuándo consultar a un profesional de la salud

Si los síntomas de ERGE son recurrentes o afectan tu calidad de vida, no dudes en consultar con tu gastroenterólogo y  nutricionista. El manejo multimodal podrá ayudarte a encontrar el tratamiento adecuado y a realizar los ajustes necesarios en tu dieta y estilo de vida para controlar la enfermedad de manera efectiva. La ERGE no solo es incómoda, sino que puede conducir a complicaciones más serias si no se trata adecuadamente, por lo que el seguimiento profesional es esencial.